Pero ya no era lo mismo …

Baldessa 1

Este fin de semana, en una visita al hogar parental, tuve la oportunidad de rescatar de una papelera, donde he de confesar que me extrañó encontrarla, a la posible causa de mi interés juvenil por la fotografía. Una «MADE IN GERMANY WEST» número de serie 157849  Baldessa I con objetivo Baldanar 1:2,8 / 45mm, que se comenzó a fabricar en 1957. Una cámara sin telémetro, ni fotómetro. En aquel entonces algo completamente fuera del alcance de mi curiosidad. Imagino que en un afán por emular a mi padre quedaría grabado como objeto «fetiche». Lo cierto es que también tenía una pequeña «enciclopedia» de un tomo sobre fotografía, donde había hojas escritas a mano con formulas químicas de revelado, tiempos, que también acabé «reciclando» y que guardaré ahora junto a la cámara. Y también recuerdo que había un amigo de la familia, fotógrafo de prensa al que ya no puedo ponerle rostro,  con un estudio de fotografía próximo a mi casa, que para mí entonces era alguien importantísimo, un fotógrafo, un artista. Desconozco si se dedicó solamente a la BBC o si hizo algún trabajo más personal; pero eso no era relevante entonces. Yo sólo pensaba en visitar su estudio y trabajar como fotógrafo (más adelante me ocurriría lo mismo, pero con la carpintería). Un caso lo mío. Hasta una fatídica sesión de fotos en mi casa que mi familia aún recuerda. Y se acabó la pasión por la fotografía de mi padre. Por mi padre no, evidentemente.

Lo cierto es que unos cuantos años más tarde, el colegió organizó unas talleres extra escolares y uno era de fotografía. Mi hermano acababa de comprarse una cámara de Alemania del Este, imagen de la Praktica LLCuna PRAKTICA LLC, aunque no podría asegurar que fuera ese modelo. Tenía medición TTL y control eléctrico del diafragma. Se suponía que sólo había que mover la velocidad o el diafragma hasta que el palito quedara en la mitad de la raqueta del visor… cándido. Bueno, a lo que iba, que me apunté al taller. Y claro, había que llevar una cámara. Y la expresión de mi hermano era evidente. Antes muerto. Así que le pedí la cámara a mi padre y accedió. Increible ! Supongo que me habría avisado que la cámara era algo antigua, pero me insistió, eso si recuerdo, que la «óptica era muy buena y que hacía unas fotos muy nítidas». A mi me pareció suficiente.  Hasta que en la sesión inicial en la que había que llevar la cámara, – supongo que el profesor querría saber con que se iba a enfrentar, empiezan a sacar Minolta, Olympus, Nikon, una Hasselblad… tierra trágame… Resumiendo, que hicieron mucha gracia los chistes sobre mi camera. Del taller ni hablar, porque ese hombre sabía más bien poco o yo era de pocas luces, porque no caló lo primordial, la exposición de todas las cámaras al tono medio. También es posible que con mi orgullo herido y el «turre» de apuntes que tuvimos que tomar casi hasta la noche, se me pasara por alto el «detalle». En cualquier caso, no aprendí nada de aquel taller, más que mi primer contacto con el revelado químico en blanco y negro. Mi hermano o se compadeció de mis lamentos o bien le harían risas de mi cámara, porque acabó prestándome la suya.  Pero ya no era lo mismo…

 

 

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