Creo que ya anteriormente expresé mi inquietud por determinar los motivos por los que fotografío. No era una cuestión existencial, simplemente comencé a cuestionármelo, cuando advertí que mis imágenes no encajaban en ninguno de los círculos en los que inicialmente me desenvolvía. No eran imágenes excepcionales, de hecho eran bastante cándidas. Sin embargo advertía que la respuesta que provocaban mis imágenes generalmente era algo así como cuando te dicen: «si, interesante». No tenían valor documental, no servían para publicaciones, a lo sumo para enviarlas a concursos de fotografía. Y yo me preguntaba cual era la finalidad de hacer fotos. Y en más de una ocasión deje de hacer fotografías. Pero volvía a coger la cámara. Especialmente cuando decidí pasarme a la cámara digital, sin necesidad de seguir invirtiendo en películas, revelados, escáneres, etc…
Estaba claro, mis imágenes no servirían para documentar la realidad. Y no porque no lo intentara. Veo muchas imágenes de la naturaleza que me dejan obnubilado. Lugares bajo luces excepcionales, composiciones sublimes, momentos únicos inmortalizados para el disfrute de todos, «Lo fotografío, luego existe». Y quedo con mucha envidia, sana, pero envidia por no haber estado yo allí, por no saber plasmar las realidades que se me presentan con tan sólo un poco de esa maestría.
Mis imágenes no eran, por lo general, un reflejo de la realidad. Más bien, una interpretación, una versión libre, caótica incluso en algunos momentos. A falta de finalidad para las imágenes, en cierta manera dejaba fluir. – «lo que salga» . Se trataba de salir a fotografiar sin una tarea que cumplir, con el único objetivo de vivir el mismo acto de fotografiar. «Fotografío, luego existo».
Lo cual no significa que ahora no tenga objetivos, unos proyectos que desarrollar. Pero lo primordial es «vivir» el momento, responder a ese momento. Dejándome llevar, experimentando, casando recuerdos con realidades. Esto me permite explorar nuevos caminos, idear nuevos proyectos, al tiempo que persigo otros.
Ahora creo saber para que fotografío. Para sentirme vivo.