con motivo de su cumpleaños, no el mío, el suyo, me ha regalado un «smartphone». nosotros nos gestionamos así, o nada o a nuestro aire. yo hasta ahora había resistido la tentación de adquirir uno, porque ya acarreaba con un teléfono móvil por causa de mi trabajo y no me atraía nada la idea de ocuparme de dos. sin embargo seguía sin resolver el tema del acceso puntual a internet.
no era un gran problema por supuesto, pero tampoco hacen falta resistencias numantinas, sólo usos racionales. en realidad sólo lo he resuelto a medias, dentro de españa. en cualquiera de los casos, tampoco era de recibo tener una secretaria para que gestione mis llamadas. te doy las gracias ahora, públicamente.
bien, el caso es que inicialmente me sorprendió la cámara que lleva incorporada. y la aplicación de photoshop express u otras aplicaciones de gestión. pero sobre todo, me sorprendió con que facilidad, momentos después de tomar una foto, la misma era compartida con el público. es una forma de hablar, porque implica que haya receptores. claro que disponemos de una serie de contactos a los cuales enviar un sms con nuestra imagen, pero hay otra categoría de comunicación, las redes sociales que hacen que el acto de comunicar sea muy sencillo e inmediato. si existes previamente. y no físicamente, sin lo cual no podrías estar leyendo este comentario, de haber alguien leyéndolo. más bien si existes digitalmente. con tu perfiles digitales en las distintas redes; redes de amistades reales, recalco, reales, pero llevadas en el mundo digital.
finalmente no hay mayor diferencia con respecto al mundo real, donde si no haces presencia en asociaciones fotográficas, concursos y talleres dándote a conocer y a tu trabajo, tampoco existes, ni tu, ni tu trabajo. y yo no se los demás, pero yo debo gestionar pésimamente mi tiempo, porque nunca encuentro el momento de socializar, más que cuando la oportunidad es de no dejarla pasar. así que tal vez no sea tan negativo, como opinaba antes, existir digitalmente para compartir realmente, «realmente» por el hecho de hacerlo y no como me ocurre actualmente que por falta de tiempo me he de contentar con unas cuantas ocasiones propicias y compartir más bien poco. otra cosa es que haya receptores. pero eso ya es otro problema sobre el que no puedo hacer nada.
p.d. si saramago podía escribir sin prestar atención a la puntuación y le entendía, yo puedo prescindir de las mayúsculas, que lo relevante es el punto que hay al final.