Como todos los años, la llegada del otoño provoca que muchos fotógrafos de la naturaleza abramos nuestro cajón del imaginario y comencemos a hacer planes de cómo enfocar este año el mismo. Como resulta que uno no vive al pie de la montaña y el otoño hace lo que quiere, unas veces llegas muy pronto, otras veces llegas muy tarde, en otras nadie sabe cuando pasó, en ocasiones la lluvia es la protagonista, en otras el viento; en definitiva, como había llegado a la conclusión de que no había que preparar nada y encararlo sin más pretensión que disfrutar del otoño en unas pequeñas vacaciones de una semana y como que quizás por casualidad, quizás por algún recuerdo inducido o simplemente porque, una vez más, el cabezal del trípode cedió en mitad de la toma, lo cierto es que ese otoño del 2008, sin esperarlo, realicé uno de los trabajos que más satisfacción personal me ha causado. Cierto es que se juntaron, como no, varios factores. El primero es que ya tengo problemas para vista a corta distancia. Por otro lado, las vueltas que le habría podido dar en la cabeza de cual podría ser la manera de reflejar la sensación de otoño que queda grabada en la memoria y que me espolea cada año.
Y como la inspiración, buena o mala, siempre llega trabajando, aquella mañana las piezas encontraron su camino para encajar en mi mente y encontrar mi manera de plasmarlo. Un barrido de la imagen creaba una atmósfera con unos detalles mínimos reconocibles y unos colores que eran fácil de identificar con el otoño. Así que la tarea consistió en explorar. Disfruté con exploración de las posibilidades de las distintas velocidades y movimientos de muñeca, cuando imprimir el movimiento, al inicio o al final, de forma regular o brusca, según que velocidad y diafragma para buscar un resultado determinado y el disfrute del descubrimiento de resultados inesperados que abrían un nuevo camino a explorar.
En mi opinión uno recuerda la idea de otoño, construida con las experiencias de los cinco sentidos y el concepto visual de otoño es mayormente la de los colores dominantes. En este caso, el bosque, no deja ver el árbol. Esa era la intención de este trabajo, ayudar a intensificar mi memoria de bosque de otoño.
Esta es una selección de imágenes de aquella semana de otoño del 2008: El Bosque en la Memoria.