Tal vez sabréis que la expresión «pura vida» en Costa Rica es una frase comodín para expresar un sentimiento positivo hacia una acción o un hecho.
Bien, pues a comienzos de año 2009, se realizó el proyecto “Objetivo Pura Vida” y cito textualmente: » Es una producción de la Consejería Cultural de la Embajada de España en Costa Rica que tiene dos objetivos: por un lado dar a conocer el trabajo de cuatro de los mejores fotógrafos de naturaleza de España, como muestra de que en este campo nuestro país cuenta con profesionales de primer nivel; por otro mostrar las bellezas naturales de Costa Rica, así como su riquísima biodiversidad. »
Obviamente yo no fui invitado, pero tuve la suerte de poder ir como fotógrafo «consorte» y a mis efectos prácticos, como si me hubieran invitado, porque, si bien pagando de mi bolsillo todos mis gastos, como no podía ser de otra manera, pude aprovechar todos los medios que se pusieron a disposición del proyecto, sin la presión de tener que entregar un trabajo al final del mismo.
Decir que Costa Rica es un paraíso es una obviedad. Este era mi segundo viaje a Costa Rica y sabía lo que me iba a encontrar. Y como iba a remolque de los integrantes de un proyecto,- bueno, de la mitad de los mismos, se hizo el proyecto en dos tandas – y de sus objetivos fotográficos, pues había que adaptarse y correr detrás, en algunos casos literalmente. Parecía que lo mejor era hacer un tipo de fotografía ligera, sin mucha reflexión, de impresiones. Yo acababa de terminar el trabajo de otoño, en la cara francesa de Pirineos, con los barridos a mano alzada y aquella técnica venía al caso.
También sabía que salvo que tuviera suerte con el tiempo y fuera bendecido con un cielo de claros y nubes, la luz en el trópico iba a ser dura, muy dura, en cuanto sale el sol por encima de la cabeza.
Pensé en que sería una buena oportunidad seguir explorando los barridos y otros recursos como el golpe de zoom. Son viejos recursos, pero nunca encuentra uno una razón para usarlos. Al finalizar la jornada, mientras en el hotel ellos borraban las fotos borrosas, yo borraba las fotos enfocadas. Eduardo no entendía nada. Isabel ya sabía lo que había.
El resultado del trabajo se puede ver en la galería: «Pura Vida«.