Georgia O’Keeffe y Ansel Adams se conocieron en 1929 cuando ambos estaban en el rancho Taos, Nuevo México, y formaron una amistad de por vida. Atraídos por por la belleza agreste y extraordinaria del suroeste de Estados Unidos, crearon obras que cambiaron para siempre nuestra percepción del paisaje.
O’Keeffe expresó su profunda relación con el mundo natural en sus pinturas, mientras Adams lo hacía con sus fotografías. Ambos eran próximos de Alfred Stieglitz, uno de los más relevantes fotógrafos de la época, impulsor y marchante de arte moderno. Stieglitz fue marido de Georgia O’Keeffe y su agente y mantuvo una larga amistad con Adams.
Este libro y la exhibición que acompaña exploran la importancia de los logros de estos artistas en la captación de la realidad y la esencia del mundo que les rodea, y evidencia diversos paralelismos entre sus personales visiones del mundo natural.
Yo soy un enamorado de la pintura de Georgia O’Keeffe. Y como no voy a admirar las fotografías de Ansel Adams; Este libro es un descubrimiento de la personalidad y de la obra de estos genios creativos. Para mi resultó un placer su lectura.
Uno de mis libros favoritos.